La primera y última vez que hablé con él me hablaba sin escucharme. Sólo se atajaba, se cubría con palabras como esquivando un ataque mío que nunca iba a llegar. Yo sólo le decía: «Tranquilo, soy Juan!», sólo quería escucharlo y que me escuche, no buscaba nada más.

Unas semanas atrás te hablé de una técnica personal que utilizo para sanar miedos y emociones. Lo que estás escuchando ahora mismo es otro de sus ejercicios. Te voy a contar lo que hace 10 años escribí en mi blog personal, te dejo con mis palabras…
Hoy empiezo a cerrar un círculo que sigue abierto desde hace más de 30 años y sinceramente, no recuerdo bien cuándo ni cómo se abrió.
Dos o tres años antes, Martín, un chico varios años menor que yo me encontró en la red social Facebook. Tras unas preguntas algo incómodas el círculo abierto apareció delante mío. Lo conocía, sabía de su existencia pero lo tenía «olvidado», en realidad no quería verlo, dolía o molestaba demasiado.
Era de noche, estaba como hoy, escribiendo en mi estudio, con música, una buena taza de té y en la pantalla de mi ordenador, una sesión abierta de Facebook. De pronto, escucho el sonido de una notificación, había llegado un mensaje, sin prestar mucha atención miré la pantalla pensando que era algún contacto, un amigo o algún familiar.
Martín se presentaba con estas palabras: «Hola, soy Martín y te contacto porque creo que tenemos algo en común!». Sus palabras me hicieron prestar un poco más de atención. Uso y trabajo en la red desde hace 20 años y estoy muy acostumbrado a cruzarme con gente de todo tipo, pero cuando esa gente tiene tu mismo apellido, es diferente.
Mi padre no volvió más
Yo era muy pequeño, no lo recuerdo muy bien. De hecho me lo contó mi madre hace sólo unos años. Una vez, cuando mi padre pasó por casa de mis abuelos, donde vivíamos con mi madre tras su separación, al escuchar el timbre lo que hice fue ponerme a llorar y corriendo me agarré a una de sus piernas, sin soltarla decía llorando que no quería ir con él. La escena se repitió varias veces hasta que un día mi padre no volvió más.
Pasaron un montón de años. Mi madre siguió con su camino y volvió a hacer su vida. Apareció un hombre que hizo a su manera las veces de padre, todo parecía normal. Ambos con sus aciertos y errores me dieron una vida completamente digna y buena, siempre se lo voy a agradecer. Me «regalaron» una hermana, Carolina, 10 años menor que yo. Éramos una familia como cualquier otra.
Siempre supe que mi padre biológico era otra persona. Casi no lo conocía, no tenía recuerdos, sólo algunas escenas perdidas y digo algunas por no decir una o dos.
Mi madre siempre me habló bien de mi padre. Nunca la escuché decir nada malo sobre él. Esa es otra de las cosas que hoy le agradezco. Tener una imagen buena de él, aunque un día abandonó el deseo de ir a recogerme. Nunca sabemos como vamos a responder ante ciertas cosas.
Con aproximadamente 20 años decidí buscarlo, necesitaba saber de él. No lo encontré, mi madre me ayudó en la búsqueda, pero no pudimos hacer nada. Mi padre no aparecía, tampoco era extraño, durante mi niñez la Argentina vivió una de sus épocas con más oscuridad.
Pasaron los años, mis energías las puse en otras cosas. Me vine a vivir a España y una noche, en la pantalla de mi computadora apareció Martín, con mi apellido y diciendo esa frase que sinceramente, hizo desaparecer por un momento el suelo de mi escritorio.
Después de varias preguntas supe que Martín es mi hermano, que tenía dos hermanas casi de mi edad y otro hermano más pequeño.
El gran fantasma de mi vida
En 40 minutos supe que tenía cuatro hermanos más al otro lado del charco. Y lo más movilizador, que mi padre biológico estaba vivo. Su «fantasma» dejó de serlo y se hizo real. Todavía hoy siento el escalofrío que sentí esa noche. Volvía a tener ese círculo abierto y olvidado delante de mis ojos.
Varios meses después lo llamé por teléfono y sinceramente, la llamada no me dejó buen sabor de boca. Más bien todo lo contrario como habrás escuchado al comienzo de este programa.
Sentí rabia, enojo, mucho dolor y al mismo tiempo amor, únicamente amor. Mi intensión no era hacer daño, pero mi padre me habló como si se estuviera defendiendo de mis ataques.
Yo creo que estaba «cagado hasta las patas», yo también era un círculo abierto y olvidado para él.
En un mes vuelvo a Buenos Aires de visita y no quiero dejar pasar la oportunidad de verlo, para conocerlo en realidad. Mi idea es tomar un té, un café o lo que sea, los dos juntos, sin ninguna otra persona. Quiero decirle lo mismo que le dije por teléfono: «Este soy yo, Juan, tu hijo. Y quiero decirte que no tengo nada que reprocharte, que no quiero ninguna explicación. Sólo quiero saber de tí, que sepas de mí. No busco tener una relación, no espero nada. Sólo quiero cerrar el círculo abierto. Sacar otra piedra de mi mochila, soltar otro de esos fantasmas que en algunos momentos hacen que pierda el rumbo. Y quiero decirte gracias porque vos también me trajiste aquí.»
De verdad me asusta un poco la situación, como me asustó llamarlo por teléfono. Pero me conozco y cuando decido saltar ya no puedo cerrar los ojos y olvidar. Cuando decido cambiar es muy difícil retroceder y no mirar.
Una charla pendiente
Hay otra cosa que me asusta más, tengo miedo que no quiera verme, que no quiera aparecer en el bar. En realidad lo que me asusta es lo que venga después, en el trabajo que tendré que hacer para «aceptar» y «perdonar». Me asusta la posibilidad de no querer o no tener fuerzas para hacerlo. Y también me abruma que él tenga miedo de verme y de afrontar una situación como la que le voy a proponer.
Esta semana lo voy a llamar, no tengo claro el día, pero… esta semana lo voy a llamar. Porque como decía, cuando te das cuenta que quieres saltar es muy difícil olvidar, es muy difícil echarte hacia atrás.
Gracias, gracias, gracias.
La historia sigue y hasta tiene un final, si te incomodan este tipo de audios por favor dímelo, también dime si te gustan o inspiran de alguna manera. Deja por favor tus comentarios en mi sitio web, gracias de antemano.
Seguimos…
Excelente mensaje he igual que a mi.
Juan! te envidio la capacidad de amar que tienes, me disgustaría que el final sea triste y te dañe. un saludo, gracias, gracias, gracias.
Muchas gracias por tu interés Charo, ya compartiré más datos… el final es interesante.
Gracias por compartir hay muchos que nos sentimos identificados! Es valiente y sanador escuchar y ser escuchados! Ojalá continúes con estas historias y todas las que de corazón quieras hacer y subir. Saludos y mucha luz para ti!
Mi padre no pudo estar en mi vida, fue un círculo sin abrir; platicamos bastantito en los últimos años y al final de sus días. Lo cierto es que ahora platico con su fantasma, le pido que le de señales a su madre, mi abuelita, quien con 100 años de edad quisiera sentirlo… Y lo extraña tanto!!!.
Gracias Vicka por dejar tus comentarios. Te gustaría detallar el testimonio mucho más para que le ponga voz? Si quieres hacerlo escríbeme desde el apartado Contacto, muchas gracias!
Wow, vaya vivencia. Al leer estas palabras por una parte pienso, pobre Juan, pero por otra pienso menos mal que pasó así. Y no es que me alegre porque vivir tal situación debe de ser horrible, pero lo cierto es que la vida te pone delante situaciones así para crecer y convertirnos en las personas que hemos venido a ser.
Me parece estupenda la idea de contactar con él, creo que es absolutamente necesario cerrar ese ciclo para sanar soltar y avanzar de una manera sana. Ciertamente no elegimos estas situaciones, no podemos controlar como los demás actúan con nosotros, pero es absolutamente necesario soltar y perdonar y no es quitarle hierro al asunto, sino un acto de amor hacia nosotros mismos porque es totalmente necesario liberarnos de ese peso.
Desde aquí te mando muchos ánimos Juan, admiro tu valentía y tus ganas de mover página.
Siempre hay una vida mejor detrás del abismo, hay que tener fe y aunque sea «cagado» dar el primer paso. Vale muy mucho la alegría.
Si necesitas una mano amiga aquí seguro que encuentras muchas, entre ellas la mía.
Un abrazo fuerte de luz.
Namasté.
Juan espero tenga un buen final tu historia tu decisión de cerrar el circuito muy bueno porque de esta manera podrás sanar memorias dolorosas y continuar tu vida en paz . Gracias por compartir tu historia . Bendiciones
Mi querido Juan, te abrazo a la distancia con todo mi cariño. Wow que historia la tuya, me queda claro que todos tenemos una historia fuerte que tenemos que experimentar en ésta vida, te admiro y te respeto el doble de lo que ya te admiro. Me gustará escuchar la continuación de tu historia, incomodar? Para nada, sinplememte es conocer lo que te llevó a ser el hombre que eres hoy , con ese gran corazón. Gracias por compartir tu historia!!